/OAB Durand
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Entrevista Revista BUENA SALUD


Lic. María Teresa Panzitta, Psicóloga

- ¿Existe una relación directa entre los 7 tipos de hambre y las conductas alimentarias?

Cuando la Dra. Jan Chozen Bays plantea los 7 hambres esta describiendo aquellos hambres determinados por los sentidos: hambre por la vista, el olfato; hambre real de estómago o aquellos que tienen que ver con lo emocional: hambre de corazón o el hambre que surge por el cumplimiento de horarios PRE fijados alejados de los registros de hambre - saciedad, hambre como efecto de la actividad física.

Podemos encontrar pacientes con obesidad y trastornos alimentarios en los que predomine el foco visual debido a que por largas historias de dietas y conflictivas familiar y alteraciones biológicas, coman por lo que ven más que por el hambre que sienten.

Es muy común en el paciente con obesidad, no importa cuanto haya ingerido, si lo ve y es rico lo desea comer aunque perciba que se siente lleno o satisfecho.

Un paciente obeso, decidió no prender la TV por la gran oferta de publicidades de comidas, y postres. La fuerte estimulación visual desata el deseo de comer y si está a dieta restrictiva será aun mayor esa sensación de descontrol.

Por lo tanto, la influencia visual va a ser muy importante porque justamente lo que esta silenciado es la adecuada percepción del hambre fisiológico.

El hambre de olfato está en la misma línea, incrementa el deseo de ingerir sin tener hambre. Un paciente obeso describía que “no había perfume más exquisito que el del asado”. Para otros, el motor que los lleva a comer es la necesidad de saborear, “se me hace agua la boca”, en general el visual y este van juntos, necesitan saborear y sentir rico aunque ese placer se convierta en momentos después en frustración o una acertada elección alimentaria que satisfaga el placer oral.

El hambre emocional por tristeza, aburrimiento, soledad, se puede caracterizar por el picoteo que no se puede evitar, el que se atraca y descarga tensiones en un ataque voraz a la heladera, el comedor nocturno, el comedor compulsivo de dulces o alimentos salados, en este tipo de conductas no hay control se come rápido sin registrar lo que se está ingiriendo o si se registra una voz interior condena lo que se está realizando, generando el circuito: atracón, culpa, frustración, enojo, angustia, nuevamente atracón y se repite el ciclo.

El hambre porque es la hora aprendida para comer, no siempre respeta las sensaciones de hambre - saciedad como motor de la ingesta. También existe la hora prefijada por las dietas las cuales marcan horarios y tipos de alimentos que alejan a las personas de las señales corporales generando más desordenes alimentarios.

En los pacientes, la conexión con el hambre real se ha perdido, influenciados por la cultura de la dietas por comidas permitidas y prohibidas, por los modelos estéticos irreales, por presiones culturales, sociales y familiares.

Obsesiones alimentarias por comidas saludables también alejan a las personas del hambre real.

En realidad estos siete hambres para mí no serian hambres sino estímulos desde el cual se percibe el hambre. En una persona se pueden dar estas siete hambres, lo cual sería muy habitual en muchos pacientes.

- ¿Es posible comer sin pensar?

Si totalmente, cuando se produce un atracón no se registra lo que se ingiere ni cuánto, ni como.

Justamente como no se puede pensar o reflexionar sobre una situación que pudo generar frustración, dolor, alegría o bienestar, los pacientes realizan una descarga de la tensión y esto en psicoanálisis se llama “el pasaje al acto alimentario”. Cuando hay dificultades para poner pausas, saber esperar, demorar, elaborar, metabolizar las emociones incómodas se pueden trasformar en hiperingestas, en atracones o compulsiones.

- ¿Se requiere un cambio de mentalidad y comportamiento hacia la comida?

Si efectivamente y para favorecer este cambio alimenticio propongo que hablemos de experiencia alimentaria en vez de dietas.

Cuando les sugiero a los alumnos de mis cursos de obesidades y a mis pacientes que asocien sobre estas palabras surge los siguientes conceptos: frente a dieta: control, restricción, cumplimiento, obsesión, frustración; Experiencia alimentaria: historia, vivencias, sentir. De este modo cuando hablamos de experiencia alimentaria remitimos al sentir, vivenciar. Es diferente que cumplir con una dieta ya que supone sino reconocer e interpretar adecuadamente las señales corporales (hambre y comida) y diferenciarlas de los sentimientos (vacío, rabia, frustración, tristeza, aburrimiento, depresión, alegría)

Con el trabajo que realizamos los pacientes logran cambios muy importantes. Si tuviera que resaltar algunos de estos logros especialmente la transformación de las situaciones de descontrol que tienen frente a algunos alimentos que les producen temor, los más frecuente es que teman a los dulces o cosas saladas con grasa y con el trabajo realizado en los talleres pueden conectarse con las galletitas, alfajores, fiambres, sin descontrolarse. Al punto tal que algunos pacientes al perderles el temor dejan obsesionarse por ellos y hasta dejan de comerlos.

RECUADRO

CONSEJOS PARA SUPERAR ESTAS CONDUCTAS ALIMENTARIAS

1- Identificar qué tipo de hambre se siente y cuál es su intensidad. ¿Es hambre de gusto? ¿Es hambre emocional?.

2- Preguntarse qué tipo de alimento me daría la saciedad y el placer que necesito para esa intensidad de hambre que percibo. Hay que saber que la saciedad no sea solo mental sino también corporal para evitar un posterior asalto a la heladera.

3- Saborear lentamente con todos los sentidos, y establecer pausas, registrando huellas del alimento en el paladar, en el cuerpo. Preguntarse: ¿quiero seguir comiendo?

4- Esperar el tiempo necesario para detectar la saciedad, hay que saber que no es inmediata la sensación sino que tarda 20 minutos aproximadamente.

5- Aceptar que un tropezón no es caída, aceptar aun la dificultad de manejar los alimentos. Agraviarse o sentir culpa hará que comamos más.

6- Las heridas emocionales no se compensan con la comida. Nada es perfecto, nunca se encuentra exactamente lo que se busca y en lo que hagamos con esa diferencia estará nuestra salud mental.

7- La obsesion por la comida, el cuerpo, el peso, generan frustración y desánimo. Es importante pedir ayuda a profesionales.

8- Las personas pueden modificar su relación con la comida y realizar un mantenimiento a largo plazo si se descubre la sensorialidad. De este, los temores y descontroles alimentarios pueden modificarse

9- Profundizar la experiencia de placer no es comer más sino, por el contrario, al aumentar la sensorialidad se come menos, pero se disfruta más y esto produce más sensación de satisfacción y de saciedad. ¡Más sabor menos volumen!

10- El abordaje psicológico realizado en un marco interdisciplinario es fundamental para resolver los conflictos que se experasan en los desordenes alimentarios.

TÉCNICAS DE MANEJO DEL APETITO
Le Bretón plantea en su libro El sabor del Mundo: “El gusto es una apropiación propicia o desafortunada del mundo. El individuo reconoce o no los sabores, sabe o no nombrarlos, le gustan o no. Su percepción surge de un aprendizaje y remite a la interpretación de un individuo marcado por su pertenencia social y su historia particular”.

Para comenzar es importante saber:

- El hambre no tiene que ser controlado, sino aprender a ser identificado. identificar qué tipo de intensidad de hambre tenemos para saciar, con qué tipo de alimentos respecto a textura, sabor, densidad, temperatura, desde lo fisiológico, lo ambiental y el clima afectivo que se vincula con la experiencia alimentaria.

- Es importante hacer hincapié en el ciclo hambre - saciedad, y poder poner un límite, un freno.

- La activacion del sentimiento de confianza en la ingesta de alimentos -lo que llamo confianza básica alimentaria- favorece sistemas de autorregulación más que de control del hambre.

¿Cómo se hace?

TÉCNICA 1: REGISTRO HAMBRE Y LA SACIEDAD

A través de un instrumento de evaluación: se le solicita al paciente que dibuje y describa que es el hambre y como lo siente en el cuerpo y por otro lado, que es la saciedad y como la siente en el cuerpo.

A partir del análisis de los dibujos y los textos escritos los especialistas diagnostican cuál es la percepción del hambre y saciedad; cual es la interpretación psicológica que hacen los pacientes de este registro.

RESULTADOS OBSERVADOS:

Algunos pacientes perciben al hambre como:

- “un enemigo“
- “un fantasma que me persigue”
- “algo molesto que desearía no sentir”
- “no saben lo que es sentir hambre”

Expresan la saciedad como:

- “reventar“
- “explotar“
- hay quienes “no logran registrar saciedad”

TÉCNICA 2: TALLER DE SENSORIALIDAD:
En el mismo se desarrolla una técnica que permite a los pacientes recuperar la confianza en sus sentidos e identificarlos.
En este aprendizaje se integran diferentes recursos:

- Observación sensorial
- Conciencia alimentaria
- Visualizaciones
- Escritura
- Técnicas de relajación

Los objetivos son:

- Identificar con claridad el registro del hambre y sobretodo construir el registro de la saciedad.

-Trabajar con el alimento que más descontrol produce para desmitificar el concepto de adicción a la comida.

-Descubrir que al conectarse plenamente con el alimento prohibido tal vez descubren por primera vez su sabor, ya que al tragarlo vorazmente o desconectadamente habían olvidado sensorialmente su sabor y textura. Muchos pacientes descubren que el sabor que recordaban no coincide con la experiencia y su sabor ya no les gusta tanto. En muchos pacientes aquello que era más adictivo les produce asco, repulsión por la grasa que ahora perciben y antes no registraban.

-Aprender a instalar la pausa entre bocados y registrar cual es la huella que ha dejado la experiencia sensorial.

- El registro consciente permite apreciar los sabores y usar nuestro aparato sensorial tan descuidado en patologías -obesidad y bulimia- y tan intoxicado por la comida de mala calidad de la sociedad de consumo.

- Ecología sensorial: es importante buscar el equilibrio entre nuestro cuerpo y el medio ambiente sensorial con productos de calidad y esto no es decir vegetarianismo, sino lograr una correcta alimentación consciente.

RECUADRO

DRAMATIZACIÓN DEL TALLER DE SENSORIALIDAD
Identificar la proyección afectiva que realizamos sobre los alimentos:
En el taller de sensorialidad se le pide a los pacientes que escriban un dialogo con el alimento que traen para realizar la experiencia...

María en diálogo con el chocolate, éste -el chocolate- le decía:

-Te amo-
-Veni-
-Te voy a dar todo lo que me pidas-
-Te voy a brindar mi sensualidad-
-Te voy a hacer muy feliz-
-Dale anímate, te estoy esperando, no te arrepentirás-
-Sentí como me derrito en tu boca-

NOTA: Como se ve el chocolate remite una experiencia sensual completa, perfecta sin desilusiones, que seguramente neutraliza experiencias de frustración, o deseos no satisfechos. Trabajar sobre estas proyecciones es muy revelador

Martina una paciente de 45 años, luego de descender 60 kilos con posterioridad a la cirugía bariátrica realiza el taller de sensorialidad.
Le propongo trabajar con el chocolate por ser un alimento que aún la seguía descontrolando.

Martina tuvo que que observar el envoltorio de su chocolate, analizar los colores el diseño y comentar si se le disparaban ideas que particularmente le atrajeran.

Luego, debía cerrar los ojos, empezar por olfatearlo y ahí María empezó a sentir el desagrado...

RELATA:
-Lo apreté contra la nariz y lo primero que percibí fue que ¡no había olor a CHOCOLATE!... había un olor fuerte a maní tostado... y un aroma a grasa por ahí atrás... ni olor a chocolate... ni un dejo a vainilla...

Allí apareció su primera frustración: “Si no huele a chocolate... ¿será chocolate?”.
Llegó el momento de “degustar”, cortó el chocolate en pedacitos y fue comiéndolo a medida que se lo indicaban. Y llegó la segunda frustración: Tampoco había sabor a chocolate, no el intenso sabor de un buen chocolate, era algo gomoso, que se pegaba al paladar, lleno de maní tostado, pero donde el chocolate era una grasa marrón.

CONCLUSIÓN de Martina sobre el Taller
Aprender a sentir emociones sin recurrir a comida, mientras se aprende a comer como si fuera una cata de vinos. Si uso mis sentidos, puedo detenerme, ya que la percepción sensorial se optimiza. Si trago y apenas proceso los alimentos en mi boca, pierdo la posibilidad de que mi mente integre y autorregule la ingesta.

Los talleres descriptos son llevados a cabo en los grupos de NO DIETA del Centro Dra. Katz, junto con la Lic. Panzitta y un equipo de profesionales.
Para más información se puede ingresar a www.fat-fit.com.ar.